Hace algunos meses tuve la oportunidad de asistir a un
centro escolar con el propósito de realizar prácticas y poder aprender del
conocimiento que me pudieran ofrecer tanto profesores como alumnos.
Fui decidida a aprender técnicas o modelos para poder
impartir mis clases de la manera más coherente y apropiada al objetivo de la
escuela: que los alumnos aprendan y creen una correspondencia entre lo que
estudian y lo que sucede en su vida cotidiana.
Sin embargo, cuando llegué pude observar que no siempre
sucede así, es decir, se impartían conocimientos teóricos y no siempre se
ponían en práctica lo que estudiaban. ¿Estos conocimientos son útiles o
relevantes para el alumno?
¿No deberíamos partir de una lengua hablada y dialogada en
el aula para que sea significativa en la vida de los niños?
Deberíamos introducir cada vez más la oralidad como elemento
esencial de la comunicación y del aprendizaje en nuestras aulas. Hasta ahora
únicamente utilizábamos la oralidad como tradición oral o como medio para
desarrollar el lenguaje, sin embargo, la hemos dejado de lado en otros aspectos
más relevantes como son la utilización del habla como medio para organizar la
realidad, el mundo que le rodea y como medio para construir la nueva realidad
que va conociendo.
Por ello, deberíamos enseñar a nuestros alumnos la
importancia de aprender a conversar, dialogar, realizar un discurso, llegar a
una conclusión común… como medio de comunicarse y expresar lo que pensamos o
sentimos.
La clave para que esta idea funcione es la de crear
situaciones comunicativas lo más reales y prácticas en el aula. Estas
actividades deben estar reguladas por el docente y en ellas se tiene que aprender a escuchar, aprender
a respetar las opiniones del otro, respetar el turno de palabra, saber estar de
acuerdo o en contra de una opinión…
En definitiva, los alumnos deben aprender a comunicarse
oralmente con la función de interactuar con el entorno y formar parte del mundo
que les rodea.
Hola Miriam.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, y más cuando dices que hay que fomentar la oralidad en las escuelas partiendo de situaciones reales, porque somos nosotros los docentes los que debemos enseñar a nuestros alumnos a saber comunicarse. Y que mejor manera de hacerlo, que planteando situaciones reales en el aula, para que aprendan a respetar las opiniones de los demás y saber argumentar sus ideas.
Gracias por la entrada.
Un saludo.