La oralidad, desde siempre, ha sido utilizada principalmente en educación infantil con
una finalidad esencial: que el alumno adquiera y domine el habla.
Por ello, cuando pasábamos a la etapa de educación primaria y, posteriormente, de
educación secundaria, se dejaba a un lado la oralidad puesto que ya estaba adquirida
esta facultad. Esto provocaba un abandono de las actividades de actividad oral o un paso
de estas actividades al ámbito familiar y social.
Como podemos observar en la mayoría de aulas no se especifican claramente unos
objetivos y una evaluación que contemple por completo el trabajo de la actividad oral
por parte de los alumnos. Por su parte si que se desarrollan por completo el trabajo de
habilidades lingüísticas.
No obstante tengo que hablar de una mejora en el uso de actividades orales con respecto
a hace unos años, ya que estas actividades se limitaban a alguna lectura en voz alta o
alguna exposición ante los compañeros.
Actualmente el cambio ha comenzado con un enfoque comunicativo en las aulas donde
los alumnos desarrollan las actividades orales con un fin práctico: el de usar la lengua y
comunicar.
Se incluyen múltiples actividades de diálogo, comunicación de experiencias personales,
asambleas, consenso de opiniones…
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